miércoles, 23 de noviembre de 2011

El papel de la emoción en la memoria

"La solidez y durabilidad de un recuerdo están relacionadas con
las circunstancias emocionales en las que se ha adquirido".

Joaquim Fuster

Escuchar al prestigioso neurocientífico Joaquim Fuster no es sólo un placer, por su conversación sosegada y fácil, es, sobre todo, una aventura intelectual, una forma exquisita y didáctica de encontrar respuestas a lo hasta ahora eran solo intuiciones. Recientemente, en REDES, el programa divulgativo de E. Punset en TVE, le he podido escuchar explicando de forma clara, sencilla y, al mismo tiempo, rigurosa, la importancia de los factores y de las circunstancias emocionales en la creación de los recuerdos que atesora nuestra memoria. Un documento apasionante. Espero que lo disfrutéis tanto como yo.


martes, 14 de junio de 2011

Sobre el lenguaje, la afectividad y la emoción

Utilizamos el lenguaje para comunicarnos y para transmitir las emociones. Porque somos seres emocionales, tenemos una especial necesidad de conectar con otros seres humanos desde la afectividad. Nos queremos y nos lo decimos. Pero hay otros que lo saben decir mucho mejor. Os dejo un precioso soneto de Garcilaso de la Vega.

Escrito 'stá en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo:
vos sola lo escribisteis; yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero;

cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.

SONETO V
"Poesías Completas"
Garcilaso de la Vega

Factores afectivos en la enseñanza del español

He tenido recientemente la oportunidad de participar en un seminario ofrecido por la Dra. Jane Arnold sobre los factores afectivos en la enseñanza del español. Desde su amplia experiencia investigadora y docente, así como de formadora de profesores de segundas lenguas, me resultó muy interesante comprobar como muchas de mis “intuiciones” en relación con este tema, no sólo han sido objeto de interesantes estudios, sino que también ha dado lugar a interesantísimas (y compartidas) conclusiones. Dichas conclusiones no hacen sino corroborar una idea cuya vigencia mantengo y defiendo desde hace tiempo en el ámbito de la enseñanza de segundas lenguas: como seres humanos que somos, no podemos despreciar el rol que juegan los elementos afectivos en todos los aspectos de nuestra vida, también en el del aprendizaje. Dichos elementos son tan importantes, al menos, como nuestra capacidad racional.

Os dejo un cortísimo resumen del capítulo introductorio del libro "Affect in Language Learning" de Jane Arnold. Espero que lo leais (yo os lo recomiendo) y que os resulte tan interesante como a mí. Sólo pensar en todas las posibilidades que se abren en la enseñanza del español desde la óptica que plantea es fascinante.

            Afirma la Dra. Arnold que la afectividad está relacionada con aspectos de nuestro ser más emocional. Sin perjuicio de la necesidad de establecer ciertas diferencias entre emociones (entendidas como los cambios que experimenta nuestro estado corporal en respuesta a situaciones de todo tipo, positivas y negativas) y sentimientos (la percepción de las citadas emociones), se reafirma en la idea de que existe un amplio espectro de factores relacionados con la afectividad, con las emociones, que tienen una influencia definitiva en el proceso de aprendizaje de una lengua. Es más, afirma que este lado afectivo no está en ningún momento reñido con el lado cognitivo de nuestra personalidad (tanto es así que se ha demostrado que a nivel neurobiológico, las emociones integran también la racionalidad y que la ausencia de las mismas puede comprometer seriamente nuestra capacidad racional). Las emociones, por tanto, ocupan el centro de la vida cerebral de los seres humanos.

Por ello, prestar la debida atención a los factores emocionales en el proceso de aprendizaje de la lengua puede conducir a un proceso de aprendizaje más efectivo. Además, la relación entre afectividad y lenguaje es bidireccional, por lo que la atención a factores afectivos puede mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje de la lengua, a la par que puede convertir la clase en un entorno de educación afectiva.

En el contexto educativo es preciso atender a un concepto fundamental: el de inteligencia interpersonal, que se define como la capacidad para entender y responder de forma afectiva a otros. De este modo, para educar a cualquier persona es preciso hacer confluir los dominios de lo cognitivo y de lo afectivo; el proceso de aprendizaje tiene una dimensión cerebral global, es decir, debe incluir ambos aspectos del ser humano, la racionalidad y la afectividad, de forma integrativa.

En el aprendizaje de segundas lenguas, influyen tanto factores individuales (inherentes a la personalidad del alumno) como factores relacionales. Entre los factores individuales, es preciso destacar el papel positivo que pueden jugar la motivación y la autoestima (como aceleradores del aprendizaje) frente a factores como la ansiedad, la inhibición o la baja autoestima que pueden obstaculizar de forma notable el proceso de aprendizaje.

Para entender el rol de los factores relacionales, es preciso partir de una premisa clara: tanto el uso como el aprendizaje de una lengua forman parte de un proceso transaccional. La transacción se materializa en el hecho de tener que realizar un acto de conexión con otros, lo que está relacionado directamente con el lado más emocional del ser. Una buena parte de lo que consideramos que somos está formado por nuestra identidad social. Es nuestro auto-concepto. Entre los factores emocionales relacionales que tienen un efecto clarísimo en el aprendizaje de segundas lenguas se encuentran la empatía (o capacidad de "ponerse en los zapatos de otro” sin necesidad de abandonar la posición propia), la capacidad de transaccionar (o negociar para aunar el significado) en el marco del aula o la capacidad de aculturación del alumno (es decir su capacidad para integrarse social y culturalmente en la lengua meta del aprendizaje).

Concluye la Dra. Arnold al final de este capítulo introductorio, que el modelo de aprendizaje es piramidal, siguiendo a Heron. Se describen cuatro formas de aprender de la experiencia: la acción, el concepto, la imaginación y la afectividad. Si colocamos estos cuatro modos de aprendizaje en una pirámide, la cúspide estaría ocupada por el modo activo (aprendemos de los hechos, de la acción). El siguiente escalón estaría ocupado por el modo conceptual (aprendemos conceptos, en nuestro caso, sobre la lengua). Un tercer escalón sería el que ocuparía la imaginación y la intuición en el modo de aprendizaje (es decir, lo que nos permite ver la lengua como un todo). En la base de la pirámide estarían los factores afectivos y emocionales, es decir, la consciencia del modo en que éstos influencian nuestro proceso de aprendizaje. Como conclusión: el resto de modos de aprendizaje se apoyan y reciben la influencia de esta amplia base emocional.

martes, 12 de abril de 2011

¿Cómo se adquiere el lenguaje?

Cómo los bebés adquieren su lengua es probablemente una de las mayores y más cercanas incógnitas de la humanidad. Un niño de 5 años, que seguramente, todavía no sabe atarse los cordones: 1) tiene más capacidad para desarrollar el lenguaje que un joven de 20 años, aunque ya habrá perdido la capacidad de discriminar la amplia gama de matices lingüísticos que podía identificar con 7 meses; 2) construye frases que responde a los más complejos mecanismos gramaticales de su lengua (flexión, derivación, conjugación, subordinación...) sobre los que no tiene ni idea; y 3) aunque no reciba ninguna instrucción específica, es más inteligente que cualquier primate y su capacidad no ha sido todavía superada por ninguna máquina. Y todo lo anterior sucederá aunque el niño no aprenda nunca a leer, a sumar, a utilizar un ordenador o un reloj.

Los niños aprenden a hablar siguiendo procesos similares en todas las lenguas conocidas y, lo que es más importante, tienen un resultado idéntico: en pocos años se convierten en usuarios competentes. Eso no ocurre con los adultos. Es difícil que pasada la adolescencia pueda un humano adquirir una competencia similar a la materna cuando se enfrenta a un proceso de aprendizaje de una lengua no materna. El éxito, en todo caso, dependerá mucho de cada persona, incluso en condiciones similares.

Eric Lenneberg formuló en 1967 a este respecto la llamada "hipótesis del periodo crítico": existe un dispositivo innato en los seres humanos que hace posible la adquisición de la lengua materna, que se activa hacia los 15 meses de edad y se encuentra en plenitud en los primeros años de vida para decaer rápidamente a partir de la adolescencia.

http://es.wikipedia.org/wiki/Eric_Lenneberg

¿Por qué empezó a hablar el ser humano?

El ser humano empezó a hablar por la confluencia de varios factores:

- En primer lugar, se dieron una serie de condiciones previas de carácter fisiológico o anatómico: el bipedalismo permitió que las manos quedaran libres y así se pudieran utilizar para realizar actividades de tipo manipulativo de modo que la creación de útiles tallados permitió el incremento de la capacidad mental. A su vez, el incremento del volumen craneal permitió el desarrollo del lenguaje (aparecieron las áreas de Broca y Wernicke, que controlan respectivamente los músculos de la cara, lengua y laringe y el procesamiento de sonidos). Entre el desarrollo del lenguaje y el incremento del volumen craneal hay una relación directa que puede ser recíproca. Según Deacon, existe una co-evolución entre cerebro y lenguaje. El proceso concluye con la apropiación por parte del lenguaje de terminadas áreas cerebrales. http://thebrain.mcgill.ca/flash/d/d_10/d_10_cr/d_10_cr_lan/d_10_cr_lan.html

- A consecuencia del bipedalismo y del incremento del volumen craneal, los bebés humanos nacen mucho más inmaduros. Las estructuras craneales de los bebés debían ser flexibles y no estar plenamente desarrolladas para poder atravesar en el momento del nacimiento el canal del parto ahora mucho más estrecho por el bipedalismo. El desarrollo de los bebés se completará por tanto en los primeros años de vida, fuera del seno materno. Para ello los niños necesitan un enorme caudal de estímulos ricos y adecuados, en un amplio periodo de aprendizaje social: el lenguaje.

- La consecuente evolución de los órganos fonadores, por fín, hace el resto: el descenso de la laringe (que permitirá controlar de forma excelente la salida del aire fonador, aún a pesar de un mayor riesgo de ahogamiento) y la aparición del velo del paladar (que permite cerrar el paso del aire por la nariz) permiten que el lenguaje aparezca como lo conocemos.

- Finalmente, no menos importantes son los factores socioculturales que influencian la aparición del lenguaje: el florecimiento cultural y tecnológico del paleolítico es difícil de entender sin la existencia de un lenguaje, como lo es la vida social que se vería muy favorecida por la existencia de un instrumento como el lenguaje. En conclusión, el lenguaje se presenta como una necesidad de tipo pragmático: el individuo busca conseguir relevancia en la comunidad. Dessalles afirma que el hombre habla porque necesitó (y necesita) mostrar su valor como miembro de un conjunto de coaliciones humanas que, a la postre, le permiten sobrevivir y reproducirse.

El lenguaje humano

http://becominghuman.org/node/interactive-documentary


El lenguaje apareció en el hombre, o en alguno de sus precedesores, en algún momento posterior a su separación del resto de los primates (aproximadamente entre 5 y 7 millones de años atrás). Tenemos certeza de la existencia de lenguas modernas sobre el planeta (similares a las actuales, aunque no hayan sobrevivido) hace 8000 años. Entre ambas fechas debemos situar la aparición de las primeras lenguas o lenguas tempranas (early languages). La mayor parte de los expertos sitúan la aparición del lenguaje en un plazo entre hace 100.000 y 50.000 años atrás, un periodo en el que sólo el homo sapiens y quizás el neandertal poblaban la tierra.

domingo, 10 de abril de 2011

Los humanos y la comunicación

Aprendemos a hablar en la infancia para comunicarnos con nuestros padres, hermanos, familia, etc. Aprendemos idiomas para comunicarnos con gentes de otras tierras. ¿Por qué nos es tan necesaria la comunicación? Creo que necesitamos comunicarnos porque somos humanos, o quizás ¿somos humanos porque nos comunicamos? Para comunicarnos, los humanos utilizamos fundamentalmente el lenguaje. Pero ni toda la comunicación es lingüística ni sólo con el lenguaje se puede comunicar. Lo que sí parece claro es que lenguaje y ser humano están fuertemente vinculados.

El tema dá para mucho y espero de todos los que visitéis mi blog que aportéis vuestras ideas y reflexiones al respecto. Os dejo un vídeo estupendo que os divertirá y espero que ayude en la reflexión.